junio 28, 2012

Buscando las grasas "trans" en el super


Ya sonará: "lo que es malo para mi no lo es para los demás". Efectivamente, en EEUU nace el insalubre modelo alimentario basado en las llamadas grasas "trans" y allí es donde han empezado ahora las prohibiciones.
Este tipo de grasas se fabrican alterando químicamente los aceites vegetales para alargar la vida de los alimentos y se encuentran sobre todo en productos preparados y precocinados. Y como se ha demostrado, su clara influencia en la obesidad y en enfermedades coronarias y la diabetes, ha hecho que algunas ciudades estadounidenses (como Nueva York, Philadelphia y Seattle) hayan prohibido su uso. Pero California es el primer estado del país en hacerlo.
Pero ¿y si tú quieres evitar las grasas trans? Este texto te cuenta lo imposible del asunto:
« Lo hemos comprobado recorriendo las estanterías de un hipermercado: entre los variados componentes de la mayoría de productos de bollería industrial, nos encontramos con que casi todos contienen "grasa vegetal hidrogenada". Bajo esta denominación se suelen esconder las temidas grasas trans. Lo mismo ocurre con canelones precocinados, patatas fritas ultracongeladas, cereales de chocolate, golosinas, patatas fritas, e incluso las pastillas de caldo concentrado. Esta ambigüedad produce gran confusión en los compradores, como han denunciado asociaciones de consumidores.
Pero la confusión no acaba ahí: según Raquel Bernacer, nutricionista de Unilever, empresa responsable de varias marcas alimenticias como Flora o Knorr, el que en la etiqueta de un alimento aparezca "grasas hidrogenadas" no tiene por qué significar que tenga ácidos grasos perjudiciales, ya que si se lleva a cabo una hidrogenación completa de las grasas vegetales, éstas se convierten en saturadas, y no se generan trans. Según esto, sólo cuando leemos "grasas parcialmente hidrogenadas" debemos entender que contiene trans. Sin embargo, desde la Fundación Española de Nutrición (FEN) aseguran que siempre que aparezca "hidrogenadas", es indicativo de que el producto sí contiene grasas trans, aunque puede ser una cantidad ínfima.
Y es que en aqui en España no existe aún legislación que regule la necesidad de especificar la cantidad de grasas trans que contiene un producto. En EEUU, la ley obliga desde 2006 a detallar esta proporción en todas las etiquetas de alimentos. Por ello, las empresas estadounidenses de comida rápida, como Burger King, deben concretar estos datos: por ejemplo, si nos tomamos una hamburguesa Big King, unas patatas fritas grandes, un refresco y un brownie de postre, estaríamos ingiriendo 2,8 gr. de grasas trans.
Las trans se esconden en las estanterías del híper
Preguntamos a la FEN sobre el tema del etiquetado; "es bastante complicado hacer llegar a la población general qué son exactamente las trans, cómo se generan, y por qué son dañinas, y tampoco se trata de crear una alarma general". Además, la ingesta de estas grasas en la población europea es bastante menor que el de grasas saturadas: entre 0,5% y 2% del aporte nutricional diario, frente a un 10,5% - 18% de grasas saturadas, según la agencia europea de seguridad alimentaria. El problema, en efecto, no está en el consumo ocasional, sino en el abuso de productos que contengan este tipo de grasas [...]
Fuente: Extraído de "Localizar las grasas trans, misión imposible", de LAURA SEOANE en SOITU.ES

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